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domingo, 4 de diciembre de 2011

DE LUCÍA DEBLOCK: LA VANAGLORIA

Si me permiten agregar un comentario para Saúl, la frase de su texto "... de un eficaz circuito de promoción cultural inexistente en el estado", es falsa. Es una afirmación, al menos, temeraria, ya que hay muchos otros promotores culturales, individuales y colectivos, en el estado, muy eficientes, nobles, altruistas y sin afanes protagónicos; tal vez éste sea el motivo por el cual nuestro estimado Saúl no los conozca ni esté al tanto de su trabajo y sus programas cuyos resultados son visibles, cuantificables, comprobables y el beneficio social es evidente. Ej. Colectivo Múcar (Ver), La casa de nadie (Xalapa), Idea Morada (Ver), Arpa (Ver), La tallera (Orizaba), Puerto México (Coatzacoalcos); Porfirio Castro, Mario Islasáinz, Ma. Elena Hinojosa, Claudia Morales y muchos etcéteras). Tal vez esa sea la respuesta al por qué tampoco se vanaglorian públicamente de sus reconocimientos y premios, sin embargo, y con toda la intención de sumar otra posibilidad al nivel del lenguaje y no limitarnos al legal ni al de los escritores, también cabe la posibilidad de que conozcan el refrán popular "Elogio en boca propia, es vituperio".
Por último, un serio promotor cultural no se puede dar el lujo de "desconocer" quién, cómo, dónde y cuándo están sucediéndose OTROS programas culturales y quiénes son sus autores y sus creadores de arte; por el contrario, el verdadero promotor tiene la obligación de conocer su entorno cultural a fondo y a todos sus  participantes -el agua tibia ya hasta se enfrió y pretender investirse de Max Brod en esta era globalizada sería poco más que insensato- y sólo así será posible fungir como intérprete entre las artes y sus diversas manifestaciones culturales y la sociedad. 
Interculturalidad y multiculturalidad no son palabras de moda, ni siquiera califican a estas alturas del siglo XXI como neologismos; son, por el contrario, términos que todo aquel interesado en la cultura -artistas, creadores, funcionarios públicos, autoridades, gestores, promotores, académicos, teóricos, etc.- debe tener asumidos y, en virtud de eso, actuar en consecuencia, pues la promotoría cultural solvente y honesta sólo es posible cuando gira en virtud de la otredad.

Saludos, Lucía.

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