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martes, 7 de febrero de 2012

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DE "EL JAZZ DE UNA DÉCADA" / LADISLAO AGUADO

Lo confieso: a mí Chick Corea, que diría cualquier mexicano, lo que el viento a Juárez. Salvo en unos pocos discos. Y éste es uno de ellos.
‘Super Trio’, parte de los temas más conocidos de Chic Corea (en ambas vertientes: compositor e intérprete) y los reacomoda en una dimensión mucho más libre, más espontánea.
Con Steve Gadd en la batería y Christian McBride en el contrabajo, ‘Super Trio’ nos hace olvidar a ese Corea más bien pulcro que yo tanto procuro no escuchar en firme, casi siempre por miedo a hacer de las tardes unos momentos interminables.
Pero ya lo he dicho desde la primera palabra de este post: no deja de ser un asunto mío que no me guste Chick Corea salvo en algunos momentos, y lo repito: en algunos momentos que son sin más ni menos que imprescindibles. Éste es uno de ellos (y durante la década ya vendrá al menos uno más tan bueno o mejor).
En ‘Super Trio’ el sonido se calienta y hay una corriente que está todo el tiempo llevándote a su juego, como si uno se dejara arrastrar a un baile, pongo por ejemplo. Un baile donde la batería y el contrabajo parecen disputarle el protagonismo al piano, por lo frecuente, omnímodo de Chic Corea.
          Acá el calor y la energía los muestra más reales, como también más dados a hacer suya la fiesta de los otros. Porque sí que está bien festejar a Chick Corea, pero otro asunto bien distinto es que, porque la fiesta sea la tuya, yo no pueda divertirme.
          Por ahí no pasan, no. Y si no escuchen, de la serie: Los mejores discos de jazz 2001 – 2010 .

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CINE CLUB USBI MOCAMBO

La collectionneuse1967                 

CICLO ERIC ROHMER
Miércoles 8 de febrero, 17:30 hrs.


PREMIO OSO DE PLATA FESTIVAL DE BERLÍN
Fotografía: Néstor Almendros. Música: Blossom Toes

RECONOCIMIENTO A RAÚL HERNÁNDEZ VIVEROS

Auditorio FESAPAUV, Xalapa, Ver. Víctor Vázquez Gándara, Mirna Viveros, María Esther Mandujano, Raúl Hernández Viveros, Julio César Martínez, Marco Aurelio Martínez Sánchez, y Arturo Hinojosa Loya.


En diciembre pasado, en Xalapa, Veracruz, México, se llevó a cabo un homenaje al escritor Raúl Hernández Viveros por su trayectoria literaria y labor editorial, en el que Arturo Hinojosa Loya, Marco Aurelio Martínez Sánchez, Mirna Viveros, Marco Tulio Aguilera Garramuño y Alberto Hernández Vásquez destacaron la trayectoria literaria del autor, a quien se le hizo entrega de un reconocimiento por parte del comité Ejecutivo Estatal del Sindicato del Personal Académico de la Universidad Veracruzana.
Marco Aurelio Martínez Sánchez publicó su semblanza sobre Hernández Viveros en el Diario de Xalapa: Recordó que “en los diversos viajes que realizó a México durante la década de los años 30, Graham Greene retrató con singular colorido su tránsito del altiplano hacia el puerto de Veracruz y en su paso por Santa Rosa, hoy Ciudad Mendoza, la describió como una población ‘donde los grandes tulipanes escarlatas están en flor, las rosas y las magnolias en pleno marzo y los brillantes limones amarillos cuelgan de las ramas’.
 “Hernández Viveros diría que Santa Rosa, su lugar de origen, es un pueblo de personas enloquecidas por el viento fuerte y extraño de la surada que viene desde el Golfo de México”, dijo el periodista xalapeño. “Él no fue hijo de obreros textiles, mas eso no significó su indiferencia hacia esta clase trabajadora. Fue el último hijo de una familia acomodada, dedicada al comercio. Don Mario, su padre, trabajó noche y día en su popular tienda de abarrotes El Trébol, a la cual el homenajeado asistía ocasionalmente”.
Raúl “fue testigo de la época pujante del sindicalismo local, en que las manifestaciones artísticas y culturales celebradas en el majestuoso Teatro Juárez reflejaban, en parte, la fecunda vida cotidiana de esta comunidad de obreros.
“El homenajeado, y todo jovencito santarrosino, anhelaban llegar a ser grandes beisbolistas, pero Raúl debió abandonar las canchas a temprana edad cuando en un partido de liga una línea violenta se fue a estampar en la zona frontal de su cabeza lo que posiblemente traería repercusiones exitosas al escritor en ciernes, ya que le propició una lucidez sorprendente y un diáfano resplandor le abrió las puertas de la creación y la imaginación literarias, además que dicha sacudida neuronal desarrolló en él una memoria excepcional”.
Martínez Sánchez concluyó así su nota:
“Ahora, apasionado de la vida, Hernández Viveros procura bajarse las penas cotidianas con un tinto de la Rioja y la buena mesa de los días, la adereza con la acidez característica de su fino humor inteligente. Idealista irremediable, conversador y lector compulsivo, crítico acérrimo, escritor prolífico, amigo fraternal y gourmet de alta escuela, sin lugar a dudas tiene un sitio especial en las letras de nuestro tiempo, pero sobre todo tiene un lugar preponderante en el corazón de sus amigos. En este handicap de la vida, la bohemia y los libros, el homenajeado nos lleva ventaja de sobra; en donde nos empatamos es en el aprecio que sentimos por las mismas cosas y las mismas causas; y nuestro desprecio irrenunciable continúa siendo para quienes hacen de la estupidez un culto a la vida. Vengan más años de éstos, Raúl Hernández Viveros, maestro y amigo; tinta y papel, lucidez y pluma, ideales y acciones. Vengan muchos años más”.
Durante la ceremonia de homenaje, el sociólogo Arturo Hinojosa Loya definió al sentido académico y el trabajo al frente de las ediciones de la revista Cultura de Veracruz, con motivo del 15° aniversario de su aparición.
           El periodista Marco Aurelio Martínez Sánchez abordó los orígenes del lugar de nacimiento del narrador veracruzano, en tanto que Mirna Viveros reconoció el respaldo hacia la difusión del grupo Adictas a la Poesía por parte de la revista.
            El escritor colombiano, radicado en Xalapa, Marco Tulio Aguilera Garramuño sostuvo que “Raúl Hernández Viveros lleva muchos años incurriendo en una serie de libros en los que nos ha dado muestras de sus obsesiones: la Europa de los latinoamericanos, Polonia, los bares de mala muerte, un erotismo a veces violento y en general desolador, la falta de amor y de ilusiones, mujeres despiadadas, hombres al borde de la extinción y la cirrosis”.
 “Hay quien escribe para figurar”, dijo Aguilera, “y quien escribe para ganar dinero. Raúl Hernández Viveros parece escribir para vivir dos, tres, diez veces: sumido en una vida aparentemente rutinaria, se permite los excesos de la imaginación y como resultado de ello ha publicado quince libros y en los últimos años se ha dedicado a sacar adelante su revista Cultura de Veracruz, en la que promueve a nuevos y viejos autores. Su vida ha sido la de un apasionado por la literatura, la buena comida, el vino y, sobre todo, la amistad. Larga vida al penúltimo sobreviviente de la bohemia cultural ciudadmendocina de los años sesenta”.
            Alberto Hernández Vásquez recordó que la revista se ha dedicado a divulgar en primer término a los autores jóvenes del estado de Veracruz, difundió monográficos destinados al cuento, de diversa procedencia (veracruzano, español, argentino, ecuatoriano, y en particular mexicanos), además de ofrecer números especiales sobre la poesía de México, Andalucía e Islas Canarias. A partir de 2005 rindió homenajes a distintos autores.

COMENTARIOS SOBRE EL HOMENAJEADO
Para Mario Calderón “Raúl Hernández Viveros significa: Raúl: Raoul, que es forma francesa de Radulf, nombre germánico formado con rat, “consejo, consejero”, y ulf, “lobo”. El significado completo sería “el consejo del lobo”, y lobo sería metáfora de agente. Hernández significa: “luchador triunfante”. Viveros, evidentemente es un vivero donde cultivan y cuidan los nuevos árboles. El nombre con los apellidos significaría: “el consejo del lobo, luchador triunfante, que es vivero”. Y precisamente esa es la labor que realiza Raúl Hernández Viveros, se refleja en su obra de creación y en su labor como promotor de la cultura mediante su revista”.
Omar Piña reconoció que “el escritor, editor y amigo entrañable Raúl Hernández Viveros nos convida a la presentación de la continuidad de su proyecto narrativo, y también al frente de la revista literaria Cultura de Veracruz, que ha sido el alma mater de la mayoría de los escritores veracruzanos jóvenes, actuales. Yo tengo más de treinta años, pero cuando su colección me publicó la primera vez, como escritor y no como periodista, yo le rasgaba apenas los veintitrés años al calendario. A Hernández Viveros le debo cariño y apoyo, música, libros, ensoñaciones y también carcajadas”.
Juan Ventura Sandoval escribió: “Raúl Hernández Viveros ha podido demostrar de manera decantada –los años y el vivir de algo sirven– que la novela de aprendizaje, la literatura testimonial y la lírica siguen vigentes en la buena literatura”.
Renato Prada Oropeza descubrió que “la literatura veracruzana contemporánea y, particularmente, la xalapeña, manifiesta en la evolución de su narrativa un fenómeno sumamente interesante que tendrá que ser estudiado tarde o temprano: un cambio del realismo social a una metaliteratura no exenta de un fuerte y marcado interés ‘psicológico’, que desemboca paulatinamente en la narración política. Los mejores momentos de esta evolución lo constituyen Polvos de arroz, de Sergio Galindo, ‘El verano de la mariposa’, incluido en el libro Fin de semana, de Juan Vicente Melo, y varios relatos de Hernández Viveros.


Publicado por Carlos Roberto Morán, escritor y periodista que vive en Santa Fe, República Argentina. "En el presente blog voy incorporando textos narrativos y comentarios sobre libros y autores, por lo que me propongo mantenerme en el territorio de lo literario. Al menos por el momento. Gracias por visitarme".