Vistas de página en total

domingo, 18 de diciembre de 2011

LA VIGOROSA LITERATURA MEXICANA

"Para los que andamos en el mundo de la edición y peor aún, en el de la bibliografía o bibliomanía, la mención de un libro desconocido o desaparecido o la simple ignorancia de un título de un autor, nos produce una conmoción que se acentúa aún más cuando este libro lo tenemos en nuestra biblioteca o, modestamente, lo hemos visto y tocado con nuestras manos en la de un amigo que, sabemos, nos lo prestará para fotocopiarlo. El placer que sentí cuando pudimos editar en Premiá Un adulterio de Ciro B. Ceballos en primera serie de La matraca es similar a la oportunidad de poder, ahora, incluir en Libros del bicho el libro de Ricardo Gómez Robelo."
La edición facsimilar del libro Sátiros y amores, número 60 de Libros del bicho, fue publicada por Fernando Tola de Habich en 1984, editor y bibliómano. El libro de Gómez Robelo fue impreso en Los Ángeles en 1920, con ilustraciones de Roubaix de l’Abrie-Richey. Incluye en el texto de presentación una anécdota recordada por Nemesio García Naranjo en el tomo IV de sus Memorias.
     Serge I. Zaitzeff lamentó no haber encontrado ese libro en 1981, en Gómez Robelo, Ricardo-Carlos Díaz Dufoo, hijo, Obras, FCE, Letras Mexicanas, México.
     Transcribimos uno de los poemas escritos por Gómez Robelo: Playera

Dame un poco de amor y de locura,
Bienamada, en el vino de tu vaso:
Dioniso mida el ritmo de mi paso
Y Afrodita consagre tu hermosura.

El mar y el cielo, el monte y la llanura
Se incendian de pasión ante el ocaso
Con la misma ansiedad en que me abraso,
De una noche de olvido y de ventura.

¡Oh divina amorosa! ya desmaya
El sol, prendiendo tus pupilas bellas:
Lejos de aquí, con nuestro amor a solas,

Sobre la tibia arena de la playa,
Y vestida de luz de las estrellas,
A besarte los pies, vendrán las olas!

Ricardo Gómez Robelo murió a los cuarenta años, el 6 de agosto de 1924, "luego de una larga y penosa enfermedad originada por las disipaciones de una bohemia mal entendida y vivida" (F. Tola de Habich).

No hay comentarios: