José Revueltas, Obra literaria. Empresas Editoriales,
1967. Dos volúmenes.
Párrafo del epílogo, José Agustín
“… con Julio Cortázar, Revueltas es el cuentista más
importante que haya existido en Latinoamérica. El manejo de este género
literario que ha logrado José Revueltas es verdaderamente excepcional: por
supuesto, hay unos cuentos mejores que otros, pero todos poseen un
extraordinario apego a su contexto, ofrecen la atmósfera debida, tienen
anécdotas redondas y personajes siempre bien dibujados; cuando, en un cuento,
Revueltas hace un juego de ideas casi nunca divaga y sí enriquece el contenido.
Sus cuentos son multidimensionales, complejos, desprovistos de obviedades, con
todo tipo de matices, con una gran riqueza imaginativa en los temas, con
belleza en el lenguaje, ya sea a través de la morosidad y el rirmo lento o de
la crudeza y la violencia en el idioma.” Vol. II, pág. 645.
Novo, citado por Agustín
“En 1949, a raíz de la aparición del libro [Los días
terrenales, Editorial Stylo], Salvador Novo escribió unas observaciones que no
resisto la tentación de incluir, por tratarse del punto de vista imparcial en
cuanto a las tesis del libro.
‘Convengo con Xavier’, Villaurrutia, claro, ‘que Pepe
Revueltas es ya un gran novelista. Su estilo es depurado, profundo, rico. Pero
también creo que no está destinado a ser un novelista popular. Exige la misma
lenta disposición de ánimo que Proust para entregarse al “lac de délices” de
sus introspecciones aplicadas a personajes estéticos. De todas maneras es como
la afortunada síntesis de sus dos fallecidos hermanos. Con las palabras pinta
como Fermín y compone música como Silvestre… “Los días terrenales” es una
magnífica novela. Contiene un puñado de tipos estupendos: Gregorio, que abre y
cierra el libro en tinieblas; el Tuerto Ventura, cíclope tremendo; Fidel, el
jesuita del comunismo despiadado; Bandera, la niña muerta; Julia, Epifania,
Virginia –tres mujeres antípodas por un común denominador sexual–; Ciudad
Juárez y los comunistas que salen a fijar propaganda al amanecer… No podría
decir qué capítulos me gustaron más. Pero el del arquitecto en su estudio y la
descripción del episodio que espían en la azotea me pareció una pequeña obra
maestra con sui doble “track” cinematográfico
–lo que sucede en la azotea–, lo que repercute en el cuerpo y en el
espíritu del arquitecto que lo presencia y absorbe, la reacción de lo mismo en
su mujer, inesperadamente llegada– y la aparición de la vieja Ángel Vengador,
que precipita al suicidio a una de las anónimas amantes. Y el modo elegante
como todos los personajes van desapareciendo –¿o quedándose?– del microscopio-telescopio a cuyo escrutinio,
armado de las más justas y brillantes palabras, le somete este gran novelista
que es Pepe Revueltas.’
Novo supo hacer un justo balance de esta novela que
después causaría irritación entre los sectarios y los ignorantes.” Pág. 641
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