No por ingenuo, sino por un ataque vil, el señor Wert volvió cómplice al ministro de Negocios, Innovación y Talento inglés, Vince Cable, al concertar una cita con éste para el lunes, lo que permitió a Wert viajar a Londres el domingo y no asistir a la ceremonia de entrega de los premios Goya de este año.
Y con una fingida ingenuidad, el señor Wert confirmó que no podía estar en dos sitios al mismo tiempo. En lo cual tiene razón y no evita una pregunta para la que no tendría respuesta: ¿por qué eligió ir a platicar con Cable y no asistir a los Goya, en un lugar que le quedaba más cerca, en la misma España?
Por lo pronto, queda claro además que la diplomacia española, en este caso la del señor Wert, no puede cambiar una fecha. El problema con gentes en oficinas de responsabilidad pública es que sus "soluciones", sus decisiones y posteriores justificaciones, todas mediocres, son contagiosas. No elevan el nivel cultural de un país, lo disminuyen. Quizás el señor Wert no obtendría una beca para estudiar en el extranjero, en caso de que se le ocurriera concursar por ésta.