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AUTORES EXCLUIDOS POR SUS PAISANOS
Y POR LOS FRANCESES
Argentina
es invitada de honor a esa Feria con una
representación de casi 50 escritores. Pero la lista, que incluye a toda Carta Abierta, se destaca por su sectarismo. Opinan organizadores, expertos y los
intelectuales discriminados.
Por Claudia
Peiró y Maurice Jalfon / cpeiro@infobae.com / mpistone@infobae.com
30 de enero de 2014
Por cumplirse este año el centenario del nacimiento de Julio
Cortázar, Francia eligió homenajear a las letras argentinas en la
edición 2014 del Salón de Libro de
París, que tendrá lugar del 21 al
24 de marzo próximos. Pero lo que podía ser una ocasión de lucimiento para
el país y sus autores estará teñido de la ya conocida
intolerancia oficialhacia todo pensamiento crítico.
Beatriz Sarlo, Jorge Asis, Martín Caparrós
"Misión diplomática", "lista variopinta", "armada Brancaleone", "viaje de egresados":son algunas de las reacciones de los críticos literarios consultados por Infobae, ante la lista de invitados publicada en la página del Salon du Livre. Pero lo más grave es la sospecha de censura que despierta esta selección.
Basta dar una rápida mirada a la delegación –por
cierto numerosa, ya que incluye 48 nombres- para que, junto con la inclusión de
muchos autores cercanos al oficialismo -cuando no apologéticos-, resalten las
ausencias, por ejemplo, de Jorge
Asís y Martín Caparrós,
en narrativa, dos de los escritores más leídos de estos años –del primero se ha
reeditado casi toda la obra recientemente, y el segundo ya ha sido editado en
Francia-, pero que se caracterizan por tener una visión crítica del Gobierno,
aunque desde ángulos opuestos. Lo
mismo sucede con Beatriz Sarlo, en el género ensayo, pese a que la lista
incluye a notorios referentes del pensamiento oficial, como Ernesto Laclau, Horacio González,
Ricardo Forster y José
Pablo Feinmann.
"Martín Caparrós, ensayista, narrador y
cronista destacado y prolífico, debió ser naturalmente parte de la lista –opinó
el crítico cultural Quintin (Eduardo Antín). Si
fue excluido por ser crítico del gobierno, estaríamos ante un caso flagrante de censura y
discriminación, lo que reforzaría la evidencia de que la elección
privilegió la adhesión política".
La escritora
y editora Gabriela Esquivada calificó de "ausencia
extraña" la de Jorge Asís. "Fue embajador
de Argentina en la Unesco –con sede en París-, tiene una obra y es
muy activo antikirchnerista. Si fue una recomendación oficial, su exclusión no
sería muy distinta alsilencio de Clarín sobre
su obra, desde que publicó Diario de la Argentina", opinó.
Infobae contactó a los autores
discriminados para confirmar que no fueron invitados. Ante la consulta de este
diario, Martín Caparrós, que vivió exiliado en Francia durante los años de la
dictadura, respondió: "Es cierto que no estoy en esa lista, pese a que mi libro Living -en castellano, Los Living- fue publicado en Francia por
Buchet Chastel hace cuatro meses y tuvo muy buenas críticas. Lamentablemente,
no me sorprende: las invitaciones a este Salon du Livre son controladas por el gobierno
argentino, que las maneja con criterio político. En este caso, supe que estaba en una primera lista y
alguien ordenó que me sacaran. Pero insisto: no me sorprendió. Lo mismo pasó en la Feria de Frankfurt -donde
también tenía una novela recién publicada en alemán y tampoco me invitaron- y
en varias otras instancias. A mí, en todo caso, ir o no ir a esos tours de
compras -y de ventas- no me cambia nada. Al gobierno, por supuesto, tampoco,
pero parece que todavía no se dieron cuenta".
Tampoco mostró sorpresa Jorge Asís, quien, ironía del
destino, se encuentra justamente en Francia en estos momentos. Vía mail,
escribió: "Les respondo justamente desde París. La verdad es que nadie me
invitó. Tampoco es ninguna novedad para mí y ni siquiera me importa. Me habitué a la normalidad de las
omisiones. Prefiero creer que los 40 escritores invitados son mucho más
interesantes que yo, y tienen una obra más significativa".
Contundente fue la respuesta de Beatriz Sarlo: "No me
invitaron. Nunca, ni el Estado nacional ni el municipal me pagaron un pasaje.
Deben pensar que tengo malos modales en la mesa", ironizó.
Algunos de los afortunados, acompañados por Jorge Coscia, secretario de Cultura de la Nación
Misión más diplomática
que cultural
"Desde hace 20 años, el Salón del Libro de París honra
la literatura de un país. En ese marco, una delegación de 20 a 60 autores se
traslada a Francia para encontrarse con el público francés, participar en mesas
redondas y hacer sesiones de dedicatorias", explicó desde Francia Bertrand Morisset, comisionado
del Salón del Libro.
Consultado acerca de cómo se confecciona la lista,
dijo: "La lista oficial de autores es establecida tradicionalmente, en forma conjunta, entre las
instituciones francesas, el CNL (Centro Nacional del Libro) y el
Instituto Francés [N. de la R.: organismo para la acción cultural en el
exterior] y las del país homenajeado".
En cuanto a los criterios, explicó: "Los
autores seleccionados son hombres y mujeres de diferentes generaciones,
elegidos para representar la
riqueza literaria actual del país, y su producción refleja la diversidad
de géneros literarios. Algunos están traducidos, es decir que tienen una
actualidad editorial en Francia y son reconocidos internacionalmente. Otros
todavía no han sido traducidos y deberán ser descubiertos por el público
francés".
Sin embargo, un repaso de los nombres retenidos no
arroja esa imagen de diversidad buscada. Y es difícil
no ver la mano del Gobierno detrás tanto de algunas ausencias inexplicables como
de ciertas presencias injustificadas.
"La lista contiene nombres valiosos, pero es muy sesgada desde el punto de vista
ideológico –opinó Quintín.
No advierto en ella un solo escritor identificado públicamente con posiciones
políticas contrarias al gobierno. En cambio, están ampliamente representados
quienes apoyan abiertamente al kirchnerismo como funcionarios,
militantes e ideólogos. En ese sentido, la agrupación de intelectuales Carta Abierta aparece a
pleno y forman parte de la delegación el ideólogo personal del matrimonio
Kirchner [N.de la R.: Ernesto Laclau] y hasta un periodista de combate [N.de la
R.: Hernán Brienza]. A pesar de que hay escritores independientes, la lista
tiene aspecto de misión diplomática
más que cultural".
"Por otra parte, el número de escritores jóvenes es
escaso: hay sólo dos menores de cuarenta años y la composición luce un poco
vetusta. Pero es normal en estos casos que haya ausencias notorias y que los
viejos sean numerosos", agregó.
En opinión de Gabriela Esquivada, "si los
franceses han hecho la lista, para dar cuenta de una literatura -como dicen-
'copiosa y multicultural', se entiende que inviten a figuras cuyo peso creció por su adhesión al
kirchnerismo; es parte del panorama actual, estas figuras están en los
medios argentinos, sus libros salen en las editoriales argentinas, su pensamiento
es parte del debate de hoy".
Sin embargo, asegura no entender "por qué no
invitan a aquellos otros con los que éstos debaten". Y ejemplifica:
"Si va el periodista Hernán Brienza, bien pueden ir Martín Sivak, Oscar Muiño o Diego Rojas, para citar tres
pensamientos diferentes pero no kirchneristas. Si algún organismo oficial hizo
la lista, en cambio, conviene preguntar por qué no aparecen Gabriela Cabezón
Cámara, Silvia Molloy, Sylvia Iparraguirre, Vlady Kociancich, Eduardo Belgrano
Rawson, Edgardo Cozarinsky, Roberto Cossa, Marcelo Cohen, Luis Gusmán, Fabián
Casas, Washington Cucurto, Alan Pauls, Pedro Mairal..., entre tantos
otros".
No estuvieron todos los autores. ¿Estuvieron los libros de los excluidos?
Esquivada ve una analogía entre esta selectividad y toda la gestión cultural:
"Es una lista de lo más variopinta,
porque si hablamos de representatividad, y si ésta se construye desde el
Estado, hay una responsabilidad con todo lo representable más allá de las
simpatías de quien gestione ese Estado en el momento. Pero en Argentina siempre
ha existido una fuerte superposición entre Estado y partido en el gobierno,
algo que se ve en el Canal 7 de la gestión kirchnerista, pero también en la Ciudad de Buenos Aires donde
gobierna la oposición. Así que pedir esa responsabilidad equivale a vivir
dentro de un frasco de mayonesa".
En lo que concierne al dibujante e historietista Rep, cuya presencia
puede llamar la atención, Esquivada considera que su obra "fue anterior al
kirchnerismo" y lo sobrevivirá. "Algo similar diría del director de la Biblioteca Nacional,
Horacio González: es un intelectual con una obra de consistencia. En este grupo
agregaría a María Pía López, sin duda. En cambio, tanto Forster como –sobre
todo– José Pablo Feinmann son intelectuales de otras características. Forster
representa Carta Abierta; Feinmann
ha metido la pata hace ya tantos libros y columnas..."
Al respecto, recuerda que en un texto éste llegó a
comparar a Néstor Kirchner con el
escritor francés Jean-Paul Sartre,
por ser ambos "virola" (bizcos). "Si yo
fuera francesa me inquietaría verlo en el Salon du Livre después de este
castigo a Sartre", ironizó.
Además, nombró a "otras figuras que muestran
simpatía con el gobierno", como Vicente
Battista, Eduardo Rinessi, Laclau. "Más que simpatía, en
realidad", acotó.
"Toda la
programación del canal Encuentro"
"¡Qué lista!, exclamó otro crítico literario
consultado, que prefirió hacer reserva de su nombre. Algunos indiscutibles como Guillermo
Martínez, la Bellessi, Piñeiro, Piglia, Pablo de Santis, Dujovne Ortiz,
Chitarroni... Lo demás es la 'armada
Brancaleone': Horacio González tiene un pensamiento prestigioso y
valioso, pero si se le suma Brienza, Forster, Sasturain, Feinmann, Laclau... es
como tener la programación de Canal
Encuentro completa..."
Y, no sin algo de sorna, agregó: "Veo algunas yuntas donde uno justifica
la presencia del otro o donde ninguno de los dos justifica demasiado al otro:
Selva Almada –brillante- y Tabarosky, la autora y su editor; Saccomanno y
García Lao, son pareja; Sergio Bizzio y Lucía Puenzo, marido y mujer, ambos valen
pero, ¿más que otros? ¿Tienen que ser invitados los dos? Para incluir al novio de, marido de, o editor de,
¿no están dejando afuera a otro que es mil veces más importante? Porque nadie
dice que sean malos en lo que hacen pero... ¿es
un viaje de egresados esto?"
Entre otras ausencias
difíciles de explicar, cita: "No están Leo Oyola ni Hernán Ronsino
que, dentro de los nuevos escritores de Argentina valen más que unos cuantos
que sí están invitados tipo Inés Garland. No está Rodrigo Fresán... No está Kociancich... ¡No
está Alan Pauls! ¡No está Abelardo
Castillo, es una barbaridad si no lo invitaron!"
No fue posible confirmar los motivos por los cuales
Castillo no está en la lista, pese a la consulta a fuentes oficiales. En
cambio, la ausencia de César Aira, señalada
por casi todos, se debe sencillamente a que el propio escritor rechazó la invitación.
"No está invitada ninguna autora de la
literatura romántica que son las que más venden:Florencia
Bonelli, Gloria Casañas, etcétera. Hay un fuerte prejuicio de género,
como siempre pasa con los géneros populares aunque los que organicen esto sean
peronistas", concluye este crítico.
Infobae consultó también a la Secretaría de Cultura de la Nación,
co-responsable de la confección de la lista. Alejandro
Obeid, de la secretaría de Prensa del organismo, negó que hubiera habido un criterio
político en la selección y aseguró que la delegación se conformó de
común acuerdo con el Sindicato de la Edición de Francia y los organizadores del
Salon du Livre, siguiendo los criterios establecidos por esa feria anual, a
saber: que estuvieran representados todos
los géneros, del
ensayo hasta la literatura infantil, autores
ya consagrados junto a otros
más noveles, hombres y mujeres,
traducidos y no traducidos.
En los casos concretos de Asís, Caparrós y Sarlo,
aseguró desconocer los motivos de su exclusión de la lista pero reiteró que no
tenían que ver con sus posiciones políticas. Incluso, a modo de ejemplo de la
apertura del Gobierno en la materia, dijo que María
Kodamapresentaría nuevas ediciones de las obras de Jorge Luis Borges en el
Salón. No se estaba refiriendo a la viuda del escritor, que no tiene posición
política pública, sino al autor
fallecido.
Obeid aclaró también que Jorge Coscia, el secretario de Cultura de la Nación,
no tuvo "ninguna participación" en la elección de los autores
invitados, sino que la tarea recayó en laDirección
de Industrias Culturales, área a cargo de Rodolfo
Hamawi. Sin embargo, en la conferencia de prensa que tuvo lugar en la embajada
de Francia en Buenos Aires, el 16 de noviembre del año pasado, para anunciar el
comienzo de los preparativos para la participación argentina en la Feria del
Libro de París, fue Coscia quien se
sentó junto al embajador francés, Jean-Michel Casa.
Gabriela Esquivada rescató de todos modos aspectos positivos de la
lista: "Veo autores jóvenes que
llevan adelante un proyecto literario con fuerte identidad individual, como
Leandro Ávalos Blacha, Samanta Schweblin, Oliverio Coelho, Fernanda García Lao.
Lo mismo se puede decir sobre Pablo de Santis, Martín Kohan, Leopoldo Brizuela
o Liliana Bodoc en otras generaciones. Veo gente
que no puede faltar: los poetas Diana Bellessi y Arnaldo Calveyra, el
editor Luis Chitarroni, la narradora Tununa Mercado, el artista Quino. Tambiénnombres establecidos y traducidos:
Piglia, Claudia Piñeiro, Ana María Shúa, Sasturain, (Guillermo) Saccomanno,
(Alberto) Manguel, Guillermo Martínez, Marcelo Figueras; o que viven en
Francia, como Luisa Futoransky, Alicia Dujovne Ortiz -publica en La Nación,insospechable
de kirchnerismo-, Silvia Baron Supervielle, Laura Alcoba, etc.; creo que
también es el caso de Mario Goloboff quien, además de autor, ha publicado una
biografía de Cortázar".
Déjà vu
En octubre de 2010, Argentina
fue invitada de honor a la Feria del Libro de Frankfurt, otra
prestigiosa cita mundial de las letras. También en esa ocasión el ideologismo con el cual
el Gobierno tiende a teñir todas sus actividades derivó en un bochorno: la elección de cuatro figuras icónicas –Evita, Maradona, Gardel y el Che-,
pero sin vínculo con la literatura, salvo como tema, para representar el acervo
cultural del país.
Ante la indignación generalizada, las autoridades
del área cultural accedieron a sumar a los escritores Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.
Pero el papelón ya estaba hecho.