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viernes, 31 de enero de 2014
jueves, 30 de enero de 2014
FERNANDO ORTIZ, MUERTE ADELANTADA
A los 67 años, por paro cardíaco, murió en Sevilla. Autor de Despedida (1978), Vieja amiga (1984), Marzo (1986), Recado de escribir (1990), Moneditas (1996). Empezó su trabajo en Televisión Española como corrector de guiones. Publicó en La Estafeta Literaria e Ínsula, y fundó la revista Calle del Aire en 1978.
FÉLIX GRANDE, INMORTAL
El poeta, nacido en 1937, murió de cáncer de páncreas a los 76 años. Libros: Las piedras (1964), Blanco Spirituals (1967), Las rubáiyátas de Horacio Martín (1978). Fue director de la revista Cuadernos Hispanoamericanos de 1983 a 1996.
Javier Rodríguez Marcos informó hoy que Félix Grande llevaba tiempo retirado
del ruido literario. “Del ruido literario y de la literatura. Fuera de algún poema de
homenaje, no había vuelto a escribir versos. “Si no llegan las palabras es que
no lo mereces”, decía quitándole importancia a un silencio tan largo." Foto: hoy.es
miércoles, 29 de enero de 2014
FORO DE ARTE Y LITERATURA EN ARGENTINA
martes, 28 de enero de 2014
GALAXIA GUERRERO: AUTORRETRATO
Mujer soy de pensamiento con
alas,
ojos cansados que se cierran como
ataúdes
cuando sale el sol y las gafas
no son suficientes.
Cargo en mis hombros la estela de la
culpa,
una culpa heredada de mis ancestros,
y es que a veces me sucede no estar
ni aquí ni allá,
y la gente se pregunta si ando en la
luna
o en otra galaxia,
en los brazos del ocio o el miedo.
Hace tiempo lo aprendí: “el
pensamiento que duda
es una fruta podrida que contamina”,
y como tal, sola ha de estar soportando el halo salvaje
de la descomposición.
Mujer soy de pensamiento con alas,
no puedo vivir la vida mecanizada y
presurosa,
que vive la gente de “metas” y
“éxito”,
no puedo ir a ningún lugar
porque cuando quiero ir a algún
lugar,
me mofo de mí misma por traicionarme
así,
por ser cómplice de la blasfemia
universal.
Me enojo con el mundo y conmigo
por seguir respirando,
pero amo el mundo y a la vida
también,
soy sólo una amante despechada
que escribe cartas de amor cuando se
pone triste.
lunes, 27 de enero de 2014
RAMÓN XIRAU 90
Hoy cumplió 90 años el maestro de Filosofía, poeta y ensayista Ramón Xirau. Una nota de periódico menciona que su esposa es veracruzana, pero no precisa de qué parte del estado. Tengo muy presente su manera de hablar, que los largos años en México no modificaron gran cosa, como ocurrió con otros inmigrantes, como Dolores Arana. Lo que me recuerda a otros profesores españoles en la Facultad de Filosofía y Letras de la Unam hace cuarenta años, Arturo Souto, Lope Blanch, y en otros sitios de la capital de México, y los hijos, como Juan Puig. ¿Qué va pasando con tanta gente que dejamos de ver? ¿Qué han estado haciendo?
JEP, INMORTAL
Hace unos minutos contó Cristina Pacheco en el noticiero de Carmen Aristegui en MVS cómo fue la caída del poeta. Pacheco estaba en cama porque padecía debilidad en las piernas. Se levantó y se cayó. Se pegó en la cabeza contra un escritorio. Le dijo a su esposa que había tardado una hora en levantarse. No quiso ir a que lo revisara un médico. Luego se quedó dormido y ya no despertó. Fue trasladado en ambulancia y poco después murió. Sergio González Rodríguez escribió en una nota periodística que "José Emilio se levantó de su padecimiento para escribir un artículo final en memoria de Juan Gelman, fallecido días atrás". El artículo fue publicado en la revista Proceso y se lo dictó a su esposa, quien desconoce el motivo por el que Pacheco se levantó de la cama.
JEP, INMORTAL
Hoy estamos de luto. Y lo estaremos todos los días que sobrevivamos a José Emilio. Se necesitan poetas porque las palabras comunes, como tristeza, gris, oscuridad, no sirven en días como este. Fui un tiempo vecino de Pacheco, cerca de la casa donde vivió Alfonso Reyes en La Condesa. Hoy me entero que Juan Gelman también vivió en una de esas calles. ¡Qué desierta sentiré hoy Veracruz, sin Juan Vicente Melo y sin su amigo José Emilio!
domingo, 26 de enero de 2014
REVUELTAS EN EL PARQUE HUNDIDO
Extracto de una nota de Virginia Bautista en Excélsior
(26 de enero): Discurso
de José Revueltas a los perros en el Parque Hundido, de Enrique
González Rojo Arthur (1928), publicado por ideazapato. Editor:
José Manuel Mateo. Ilustrador: Santiago Solís. José Revueltas vivió en el edificio Asís, ubicado en
la calle de Holbein 191, cerca del parque Hundido, en la avenida Insurgentes del D.F. (Agrego: a unas calles, del otro lado de Insurgentes, vivió Luis Buñuel.)
sábado, 25 de enero de 2014
GABRIEL ZAID 80X
No fue buena idea
hacer una fiesta de cumpleaños para un escritor que no iba a asistir. Tampoco
estuvo en su fiesta de hace diez años. Lamento que no haya estado entre los
escritores reunidos en el Colegio Nacional ayer y espero que se encuentre bien
de salud, que haya sido ese capricho suyo de rehuir a la gente que lo aprecia,
nada más. Me hubiera gustado verlo, pues hace casi treinta años que lo vi y que
hablé con él. Y pensé en Germán List Arzubide, que cumplió cien años en 1998
(poblano en el DF) y que un año antes había sido reconocido por el gobierno
federal con el Premio Nacional de Lingüística y Literatura. Estaba allí, en el
lugar de la ceremonia, cuando alguien entró empujando una silla de ruedas donde
estaba Octavio Paz, irreconocible por la edad y quizás por alguna enfermedad. List
y Paz murieron al año siguiente, en 1998, pero List nació en 1998 y Paz en
1914. Y llega la noticia del suicidio de Marco Fonz en Viña del Mar, ocurrido
el miércoles. Otro ausente en la lectura que harán sus amigos en el centro
histórico de la capital mexicana.
viernes, 24 de enero de 2014
GABRIEL ZAID 80
Escritor modestísimo, Zaid, o diaZ, como le llamo para no confundirlo con Edward Said, el excepcional palestino autor de Europeísmo y de otros libros que aprecio mucho, incluida su autobiografía, Zaid, a quien he considerado mi mentor, cumple ochenta años por todo lo alto. Por Noticias 22, como anuncio al homenaje que hoy le brinda la institución pública a la que ha pertenecido por treinta años (“becado”, eco de “pecado”), recordamos su oposición al Carlos Fuentes que formó parte del gobierno de Luis Echeverría. Quiero reconocer a Zaid como mi mentor, si tal vanidad no fuera excesiva. Un día lo visité en su departamento de la colonia Condesa para recibir varios libros que él ya no iba a usar (uno de cuentos de Poe, edición de los años cincuenta, todavía lo conservo), e incluso en eso lo he seguido, desprendiéndome de libros que aprecié y que me fueron útiles. Recibí de España la primera edición de La feria del progreso, enviada por encargo suyo, libro al que dediqué una reseña en la Revista de la Universidad. En una ocasión estuve en una junta presidida por Paz, en la revista Vuelta, donde el único que habló fue Paz. Y fui uno de sus muchos invitados en la fiesta por su ingreso al Colegio Nacional. En lo que no he podido seguirlo es en la edición de sus “demasiados” libros, en las recopilaciones de sus artículos periodísticos. En los tiempos recientes no he coincidido con algunas de sus afirmaciones, como las que sostiene sobre la fama, lo cual supongo que es natural, pues ambos avanzamos en esto de cumplir años y en aceptar o no todo lo que otros creen. En los años ochenta yo vivía en la calle Tamaulipas, a
unos pasos de la Capilla Alfonsina, y le platiqué por teléfono del trabajo que
estaba haciendo sobre la poesía de su paisano regiomontano. Recibí en otra ocasión un formulario por
correo pidiéndome autorización (¡qué lujo de caballerosidad!) para publicar uno de mis poemas en la Asamblea de poetas
jóvenes (1980; una generación recordada por Ricardo Venegas el mes
pasado en la revista La Otra). Y
luego me fui de la capital de México. Zaid es un escritor ejemplar (a veces derrapa, como cuando hizo una guerrita contra un plagio), por lo que debemos
recomendar la lectura de sus textos, seguir la expresión contundente de sus
juicios.
jueves, 23 de enero de 2014
LO DESCONOCIDOS QUE SOMOS
Pedro
Vallín (La Vanguardia, 13 de enero) escribió
sobre Josep Pla, narrador (1897-1981), a propósito de la nueva edición de Viaje a pie (1949) en Ediciones 98 por
Jesús Blázquez.
Vallín nos dice que en Viaje a pie “se
describen paisajes, paisanajes, yantares y circunstancias” y un “escrutinio de
virtudes y miserias” de gente del campo (el payés). Y cita a Pla: “El payés es
siempre igual a sí mismo, lo mismo cuando tiene el arado en la mano que cuando
habla con su mujer; lo mismo cuando está en el mercado que cuando está
trillando. El payés lo enjuicia todo como payés (...) El payés es un obseso”.
Y reproduzco este
fragmento de la nota porque se relaciona con lo que aquí opinamos de una periodista española (Bárbara Álvarez Plá) en Buenos Aires (ver entrada del 20 enero). Escribe
Vallín y le da la palabra a Pla:
“La centralidad del asunto es obvia
para un país en el que la pregunta sobre la identidad colectiva es un
entretenimiento en permanente vaivén. Habla el Pla de 1949:
‘En Barcelona viven cuatrocientas mil personas cuyos bisabuelos, cuyos abuelos
fueron payeses. Ello hace que la manera general de ser del país se encuentre
afectada por esa ascendencia indubitable’."
Y agrega Vallín: “Se trata de una
minuciosa descripción del agro, cuya harapienta idiosincrasia es haber
conservado artes, mañas, haberes y humores medievales hasta bien entrado el
siglo XX”.
Pla: "Los pueblos pequeños viven
en un estado de abandono inenarrable, insondable, abrumador. Por ellos pasan
los decenios, los siglos, y están como el primer día. Atraviesan momentos de
pobreza y momentos de prosperidad (…) Y las cosas permanecen siempre igual: la
misma suciedad, el mismo abandono, idéntico gusto por vivir en la decrepitud
desagradable y siniestra".
Vallín lee a Pla, quien “alaba con
entusiasmo que algunos payeses vayan haciéndose —poco a poco, hablamos de los
años cuarenta— con la propiedad de masías cuyos dueños ya hacen su vida toda en
la ciudad”.
Y Vallín llega al punto que nos
interesa:
Pla “atisba ahí un silogismo circular y
ominoso, que atañe al universal
humano todo, sea rural o urbano, pretérito o contemporáneo, referido a
cuantos desconfían y se consumen con certezas fantásticas sobre lo latente
antes que mirar con atención lo patente: la desconfianza es hija evidente de la
ignorancia, pero también su madre fecunda”.
La gente que vive en
las grandes ciudades salió de pueblos pequeños “que viven en un estado de
abandono inenarrable, insondable, abrumador. Por ellos pasan los decenios, los
siglos, y están como el primer día”, dice Pla. Por eso, en México, decir de alguien que
es un provinciano es ofensivo. Me pregunto, ¿cuándo se quita lo provinciano?
Nunca. O quizás en la segunda generación, si vemos a los hijos de los mexicanos
que han ido a asentarse a Estados Unidos, quienes han perdido una buena parte de cultura y habla.
Entonces es inevitable pensar que en ciudades medianas no hay tal “provincianismo”
sino culturas diferentes. Uno es el mejor de su casa y en la calle lo
atropellan. Uno puede ser uno de los peores cuando se ve rodeado por otras
personas en la calle. Y en vez de regresar a su casa a vivir “a cuerpo de rey” va
en ambulancia a un hospital.
La periodista de Gijón
en Buenos Aires no ha entendido, a pesar de los siete años que lleva residiendo
allí, cómo admirar una ciudad, con todos sus ruidos y demás atropellos.
miércoles, 22 de enero de 2014
JOSÉ REVUELTAS ENVUELTO EN ORO
En una pared de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, capital de México, estará el nombre del novelista y pensador José Revueltas en oro. Otros nombres deberían estar allí, pues merecen este gesto -"disculpa" tardía- otras muchas personas nacidas en la República Mexicana. Disculpa, pues en tiempos de un presidente fallido y un secretario de gobierno incapaz lo mantuvieron en la cárcel junto con otros estudiantes que pedían en las calles (no los recibirían en las elegantes oficinas donde los diálogos son seleccionados) cambios en la legislación sobre policías y otros asuntos que décadas después no terminan de componerse. La votación para esta decisión fue unánime. Muestro mi alegría y mi deseo porque haya más días como este.
martes, 21 de enero de 2014
AÑO ONETTI
JUAN CARLOS
ONETTI
20 AÑOS
DESPUÉS
Se cumplen veinte años de la muerte
del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti, ocurrida en Madrid en mayo de 1994 y el Centro de Arte Moderno organiza el Año Onetti, 2014: mesas redondas, conferencias,
proyección de películas, publicaciones, diálogos abiertos, exposiciones,
lecturas y otras.
MESA
REDONDA INAUGURAL: ONETTI Y SU OBRA
Eduardo
Becerra / Juan Cruz / Ernesto Pérez Zúñiga
Presentación
a cargo de Claudio Pérez Míguez
MIÉRCOLES 22
DE ENERO / 20:00 hrs.
ENTRADA
LIBRE Y GRATUITA
Juan Cruz Ruiz nació en el Puerto de la Cruz, Tenerife, en 1948, comenzó
su carrera como periodista a los 13 años en el semanario Aire Libre. En
la Universidad de La Laguna se licenció
en Periodismo e Historia. Después trabajó en los diarios
locales La Tarde y El Día. En 1976 fue uno de los fundadores del
diario El País, donde comenzó a trabajar como
corresponsal en Londres. En su primera etapa en el diario
fue también jefe de Cultura y de Opinión. Fue coordinador de los proyectos
del Grupo PRISA y director de Comunicación
del Grupo Santillana. Después, regresó a El País, diario en el que hoy es adjunto a
la dirección. Se estrenó como novelista en 1972 con Crónica de la Nada
hecha pedazos, que obtuvo el premio Benito Pérez Armas. Después ha escrito una veintena de
otros libros. Ha colaborado en La Mirada Crítica, programa de Telecinco presentado por Vicente Vallés; en La ventana de la Cadena Ser, dirigido por Gemma Nierga, en la sección Leer y
releer, en la que se hablaba de literatura junto a la escritora Almudena Grandes. Ha participado en numerosas conferencias
y cursos como y su obra ha recibido varios premios. En la actualidad, además de
sus compromisos como periodista y escritor, es profesor invitado en la Escuela
de Periodismo UAM - El País. Ha recibido el Premio Nacional de
Periodismo Cultural 2012, otorgado por el Ministerio de Educación, Cultura y
Deporte.
Eduardo Becerra es profesor
titular de Literatura Hispanoamericana de la Universidad Autónoma de Madrid y
director del Máster de Edición de la UAM: Taller de Libros, que se convoca
desde hace doce años. Ha sido profesor invitado en diversas universidades de
Europa, Norteamérica y Asia. Entre libros, ediciones y artículos es autor de
más de setenta trabajos sobre narrativa, poesía y ensayo hispanoamericanos.
Entre 1999 y 2003 desempeñó el cargo de director de la Serie Hispanoamérica,
colección Nueva Biblioteca, en la Editorial Lengua de Trapo (España) y ha
colaborado en revistas como Edad de Oro, Quimera, Letras Libres,
Cuadernos Hispanoamericanos, Anales de Literatura Hispanoamericana, Lateral,
Turia, Nuevo Texto Crítico (USA) y Replicante (México),
entre otras. Ha sido coordinador del número monográfico dedicado a Juan Carlos
Onetti publicado por el Centro Virtual Cervantes y director de los actos de
homenaje “Bienvenido Onetti” celebrados en Madrid en julio de 2009 con motivo
del centenario de su nacimiento. Este año aparecerá en la editorial Akal una
edición suya de los cuentos completos de Alejo Carpentier (con material
inédito) y ha coordinado para la editorial Abada un monográfico sobre el
surrealismo que reúne trabajos de 26 especialistas acerca de literatura,
pintura, arquitectura y cine
Ernesto Pérez Zúñiga (1971), nació en Madrid, ciudad en la que
reside, y se formó en Granada, desde la infancia hasta la Universidad, donde
estudió Filología Hispánica. En esos años escribió sus primeros libros de
poemas: El vigilante, Los cuartos menguantes, y Ella
cena de día. Ya en Madrid, Calles para un pez luna, Premio
de Arte Joven de la Comunidad de Madrid (2002), y Cuadernos del hábito
oscuro (2007). Como narrador es autor del conjunto de
relatos Las botas de siete leguas y otras maneras de morir (2002) y de
las novelas Santo Diablo (2004), El segundo círculo (2007, Premio Internacional de
novela Luis Berenguer), El juego del mono (2011), y La
fuga del maestro Tartini (2013), premio Torrente Ballester.
Con información del CENTRO DE ARTE MODERNO
lunes, 20 de enero de 2014
DE ALEJANDRO GRIMSON A BÁRBARA ÁLVAREZ PLÁ
Julieta
Campos, novelista, decía que no valía la pena hacer crítica negativa. Tenía razón,
se evita uno enemigos, y le faltó decir que no alcanza el espacio en periódicos
y revistas para comentar libros buenos, regulares y malos. De allí a poner
atención primero en los amigos vuelve el “periodismo cultural” en algo inútil.
Hay comentaristas que, por evitar los conflictos del presente, publican comentarios sobre autores difuntos, positivos siempre, y del grupo de los
buenos. Así también quedan los regulares y los malos cada vez más lejos del
gran escenario donde el público se siente seguro para aplaudir.
Hay algo más. Los comentarios “consagratorios”
sobrevuelan las obras, no pueden decir más que fórmulas que no todos los lectores
descifran.
El problema de la existencia o no de
la crítica literaria se debe a esta mal entendida cortesía. Los periodistas se
vuelven cómplices de los editores y sus notas son parte de una publicidad
efímera. El libro existe, que lo compre. Si le gusta o no, allá el lector... Lo
mismo pasa con la información sobre cine, artes plásticas, música. Creo que
esta práctica es inútil y nociva. Total, el que critica es gente con la que no
sabemos qué hacer.
Hay que representarnos hojas periodísticas
dedicadas al turismo. ¿Qué ganarían los lectores con artículos que hablaran de
lugares no recomendables? Aquí recuerdo las campañas de publicidad negativa que
han ejercido en Estados Unidos contra México. Bueno, tuvieron su complemento en respuestas mexicanas como la que decía “Conozca México primero”, que nos invitaba
a comprar lo que ya no era del interés de los turistas de EU. Es difícil decir no
vayas al país vecino del norte sin aportar razones.
Al
toparme con un artículo publicado en las páginas de cultura de Clarín, de Argentina, de Bárbara Álvarez
Plá, “Llegó
por dos meses y se quedó a vivir siete años”, acompañado por la invitación a la
lectura: “Es periodista y ama Buenos Aires, pero no se
queda callada al señalar defectos bien porteños, como el ruido y desorden”, no
pude dejar de interesarme.
Pensé
en otras ciudades. Todas tienen calles ruidosas y, a la vuelta, calles
silenciosas. Un error de turista, hospedarse en un hotel en una avenida muy
transitada o en un barrio céntrico puede resolverse al día siguiente. Si firmó
un contrato por un año, mal hecho, aunque al siguiente año puede cambiarse.
La periodista encuentra que Buenos Aires “es una ciudad de contrastes,
así que además del ruido, y llegados a este punto no puedo dejar de mencionar los
pitidos de los autos –¿piensan los porteños que por tocar la bocina van a ir
más rápido o en realidad se dan cuenta de que no sirve de nada pero lo que pasa
es que les gusta molestar?” Yo le digo que en ciudades más chicas que Buenos Aires tenemos el mismo problema. El mundo actual viene siendo alterado por los fabricantes de coches.
Y es que la periodista empezó mal. Escribe: “Alquilé un departamento en el Paseo
Colón, muy cerquita de San Telmo, que es el barrio que las agencias de viajes
venden como ‘ideal para el turista’. Y es cierto. Era lindo y lo sigue siendo,
aunque esté algo descuidado. Recuerdo cómo me gustaba la feria de los domingos,
la música en la calle, las cervezas al sol.” Pero, “una de las primeras cosas
que me llamaron la atención fue el insoportable ruido de los colectivos al
pasar por delante de mi ventana, en un segundo piso”, “el estruendo me obligaba
a subir el volumen de la tele, la radio o lo que fuera que estuviera
escuchando. Nunca antes había escuchado semejante barullo salir de un
transporte público. Más bien parecía que se acercaba un tanque militar. Lo del
humo negro dejémoslo para otro día”.
Pero no se engaña, agrega que “Si algo me gusta hacer es protestar”, lo
cual la hace sentir autorizada para seguir sus quejas: “aquí nunca me faltan motivos: los
precios varían como el clima, sin sentido, se va la luz y no vuelve en tres
días, son muchos los que viven en las calles, las villas miseria son parte del
paisaje urbano... suma y sigue”. “Eso sí, por ancha que sea la avenida, igual
la gente se choca. Y aquí viene otra de las preguntas que suelo hacerme: ¿por
qué los porteños se chocan entre sí cuando van andando por la calle?”
“Hay otra cosa curiosa (y molesta) en los porteños y es que creen ser
psicoanalistas. Todos. Creen saber el motivo oculto por el que uno hace o dice
las cosas. Saben más de uno que uno mismo. Siempre me he preguntado cómo pueden
vivir viéndole a todo un doble sentido oculto. La vida en sí misma ya es
bastante complicada, ¿no? Pues no, a los porteños, si algo les hace felices, es
complicarlo todo un poquito más. Siempre se puede dar otra vuelta a la tuerca.”
“Estaba a punto de señalar algo bueno de la ciudad en la que, de una u
otra manera, decidí vivir, y es la
anchura de sus avenidas, siempre llenas de árboles; la altura de los
edificios. La sensación, al fin, de estar en una gran metrópoli.”
Me pregunto, ¿cuándo deja uno de ser turista? América es un vasto
territorio. Europa es pequeña. “Soy de Asturias, bien verde y bien al norte, y
como asturiana me definí siempre. De Gijón, tendría que aclarar ahora para
seguir afinando”, escribe la periodista. Si viviera en la capital de México,
digo yo, donde hay pueblos engullidos por el desarrollo que conservan su vida
tranquila. Recuerdo la colonia Florida hace treinta años, a un lado de
Coyoacán, y el pueblo Axotla, aunque la ciudad “nueva” ha seguido aplastando las
calles viejas. Calificar a la asturiana con la palabra “provinciana” puede
sonar ofensivo, pero ¡Gijón!. La gente que vive en la capital de México, periodistas
incluidos, hablan del “interior del país”, sin reflexionar que si hay algo que está
en el interior es precisamente esa megaurbe.
Buenos Aires es
exterior. Vivo en Veracruz, puerto marítimo, adonde fueron llegando argentinos en los años recientes y donde hay muy
buenos restaurantes argentinos. Uno reconoce a los argentinos por la manera de hablar,
claro, pero también porque son exagerados, como los veracruzanos en otro estilo.
Quizás pudiera alguien
recomendarle a la periodista que comento el libro Mitomanías argentinas, de Alejandro Grisom (Buenos Aires, 1968). En
la contraportada del libro (texto que está en Internet) leemos:
“Cuán profundamente argentino es insultar cotidianamente a la Argentina.
Y sin embargo…, como dice una conocida canción, este rasgo de identidad tiene
su contracara: la argentinidad al palo, “La calle más larga [ver arriba la
frase de la periodista: la anchura de sus
avenidas; quizás ya es más argentina que asturiana], el río más ancho,
las minas más lindas del mundo… Que el Che, Gardel y Maradona son los number one, y argentinos ¡gracias a
Dios! También Videla y el Mundial 78, Galtieri y ‘los estamos esperando’. ¿Yo?…
¡Argentino! Del éxtasis a la agonía oscila nuestro historial. Podemos ser lo
mejor, o también lo peor, con la misma facilidad”.
En Mitomanías
argentinas,(Siglo Veintiuno Editores, 2012) Alejandro Grimson se atreve a un original
ejercicio de introspección: ofrece una lista abierta de mitos y los revisa uno
por uno para hacerlos “caer”, para que muestren lo que tienen de vulnerable, de
falso, de argumento insostenible, de repetición machacona. ¿Fuimos la nación
más europea de América Latina y una maldición nos arrojó al basurero de la
periferia? ¿Brasil o Chile están en el camino correcto y la Argentina no deja
de cometer errores? ¿Son los paraguayos, peruanos o bolivianos los responsables
del desempleo en la Argentina? ¿Es cierto que los argentinos descendemos de los
barcos, así como los mexicanos descienden de los aztecas?
No importa que los mitos sean de
derecha o de izquierda, religiosos o laicos, patrioteros o extranjerizantes:
son bombas de tiempo que hay que desactivar para que el rompecabezas argentino
se organice sobre bases plurales y para que el debate público no quede
encerrado en Mitolandia. Grimson nos convence de que tener una mirada más
compleja y cabal de nosotros mismos es un primer paso para construir una
sociedad mejor.”
Estoy de acuerdo. Conocer lo negativo
nos permite ver lo positivo. Comentar el libro de Grimson, que recibí como
regalo en diciembre de 2012, es una tarea que tengo por hacer.
sábado, 18 de enero de 2014
LIBROS DE FRANCISCO JAVIER ELORRIAGA BARRAZA
Rompeolas
Poesía. Serie Cuadernos 78
El Colegio de Sinaloa. Culiacán, 2005
Poesía a la que amo.
Ensayos de literatura mexicana del siglo XX
El rebaje ediciones. Guadalajara, 2007
Poeta honoris causa
El rebaje ediciones. Guadalajara, 2012
Poemarios
Rompeolas, 1992
Ya no va a dolerme el mar, 1996
El amor, el río y el olvido, 1997
Eterno vaivén, 1998
(incluidos en Rompeolas)
Poema
Artificios, Hojas sueltas, UAM y UAM Xochimilco, 1984
Ensayos
Antología poética de Jaime Sabines, Unam, 2002
Poesía. Serie Cuadernos 78
El Colegio de Sinaloa. Culiacán, 2005
Poesía a la que amo.
Ensayos de literatura mexicana del siglo XX
El rebaje ediciones. Guadalajara, 2007
Poeta honoris causa
El rebaje ediciones. Guadalajara, 2012
Poemarios
Rompeolas, 1992
Ya no va a dolerme el mar, 1996
El amor, el río y el olvido, 1997
Eterno vaivén, 1998
(incluidos en Rompeolas)
Poema
Artificios, Hojas sueltas, UAM y UAM Xochimilco, 1984
Ensayos
Antología poética de Jaime Sabines, Unam, 2002
viernes, 17 de enero de 2014
OCTAVIO PAZ Y FABRIZIO MEJÍA MADRID
En el libro de retazos del
periodista Fabrizio Mejía Madrid, Nación
TV (Grijalbo, mayo 2013; 1ª. reimpr. julio 2013, 2ª. reimpr. septiembre 2013;
el editor no anota el número de ejemplares) hay un error en la página 90, donde
escribe que el periódico Excélsior tenía al frente a Julio Scherer, Jorge
Ibargüengoitia y Octavio Paz. El segundo “al frente” era Vicente Leñero. Ibargüengoitia
colaboraba con artículos en las páginas editoriales. Leñero publicaría después Los periodistas (1978), un libro
testimonial, con apariencia de novela, formalmente muy diferente del libro de
Mejía Madrid, quien subtituló su libro: “La novela de Televisa”.
Hay
otras referencias a Octavio Paz en el libro de Mejía Madrid, quien trabajó en
el noticiero 24 Horas, repudiado por quienes también evitan la programación de
Televisa. Según el autor, Paz se enojó en 1986 por un cartel con su cara que Televisa
mostró en pantalla junto al profesor Memelovsky, del programa infantil Odisea
Burbujas. No obstante, cuando los restos del señor Azcárraga Milmo estuvieron
en la basílica de Guadalupe, Paz “hizo acto de presencia en el funeral”, “en
silla de ruedas”, rememora Mejía Madrid.
En la
página 69, el periodista describe una reunión de Azcárraga Milmo con Agustín
Barrios Gómez, “antes comentarista de los noticieros de Televisa”, y el poeta
Octavio Paz, a bordo de una limusina, “un Cadillac Fleetwood blindado, con
vidrios antibalas, con un motor turbo”, en Estados Unidos.
También
el nombre de Juan José Arreola aparece, en la página 115, como “escritor
asignado” para “culturizar” al señor Ramón Aguirre, en 1986 regente de la
ciudad de México.
Cada vez
más los periodistas reúnen escritos sobre uno o más temas, suyos o de colegas,
en “libros de crónicas”, y así evitan la desaparición de artículos que se pierden
cuando quedan en los periódicos o revistas de origen. Lo cual es de agradecer.
Por la cantidad de información que existe sobre Televisa, su pasado y su
presente, los escritores tienen que hacer resúmenes de algunos asuntos muy
sonados, lo que vuelve el texto resultante reiterativo en parte y escaso en
general.
A pesar
del subtítulo abusivo de “novela”, el editor anuncia el libro en la
contraportada como “historia de medio siglo de televisión” en México. Y exagera
cuando asegura que está “narrada con agilidad punzante”, cuando lo que vemos es
que se trata de la prosa periodística al uso en esta época.
jueves, 16 de enero de 2014
EFRAÍN HUERTA, CENTENARIO
El ruido que habrá este año por varios centenarios de nacimiento de escritores puede desviar nuestra atención de autores que son relevantes en la corriente de la literatura en español de la segunda mitad del siglo xx. Y hay libros que los lectores de hoy no recuerdan o no conocen. Proponemos la búsqueda, en bibliotecas o mercados de segunda mano, de libros que estuvieron al alcance de los lectores. Una primera edición vale hoy más que en el tiempo su publicación. Y sólo los coleccionistas saben su precio actual, sólo algunos lectores recuerdan lo que dijo Huerta en 1965. El dibujo de la portada es un autorretrato del poeta.
Aquellas conferencias, aquellas charlas
Instituto Cultural
Hispano Mexicano, 1965.
Prólogo de Mónica
Mansour
Textos de Humanidades
35
Difusión cultural,
UNAM, 1983, 113 págs.
Citas de Efraín
Huerta en el prólogo de Mónica Mansour
“En México, el
paisaje es ordenado, sereno, quieto, amplio, libre, y el hombre es todo lo
contrario.”
“México es el caos
más equilibrado que existe.”
“… el poeta es un
héroe intelectual que anda partiendo y dividiendo el mundo en imágenes,
desnudando su alma a los cuatro vientos de la censura y de la crítica…”
“Con toda la
irresponsabilidad de que entonces comenzaba yo a ser capaz”
“Cuando hablo de
‘chismes’ (…) me refiero a las anécdotas divertidas e indignantes pero que
nunca se acercan a ese límite [el de la morbosidad]: se quedan dentro del mundo
literario”.
“La obra de creación, como el amor, es una cosa muy compleja. En esta lectura se ha escuchado más historia y más anécdota que crítica. Todo ha sido deliberado.”
Las charlas “casi
dejaron de lado por completo a la poesía. Huerta, con ‘el espíritu de
ropavejero que [lo] anima’, va recogiendo por las distintas calles de la ciudad,
‘las callejuelas, calles, avenidas, bulevares y anillos periféricos del
infierno de nuestra admirable y riquísima literatura…’.”
Mónica Mansur comenta y glosa:
“Chismes tan sabrosos de pleitos, polémicas, amistades y enemistades”, que “nunca van solos”: “como si nada, de pasadita, están las fechas de publicación, de creación y funcionamiento de editoriales, de posibilidades y dificultades de aquel ‘medio literario’, y no tan de pasadita, también juntito a los chismes y a la erudición y exactitud de minucias, Efraín siempre toma partido”.
La prologuista también adelanta que Efraín Huerta abarcó temas de la literatura en México entre los
años 1928 y 1965, y que el poeta se quejó de ‘lo académico’ en la crítica
literaria porque ‘distorsiona la imagen, trunca una realidad cercana; marca,
señala, sella, encasilla’. De acuerdo y no -dice Mansour-. Porque después de todo, depende del
color del cristal... Todos estos textos que aquí se presentan son de un color
reluciente de erudición, precisión, exactitud y todo lo que se puede permitir
la buena memoria respecto de ‘la formidable literatura de nuestro, a pesar de
todo, amadísimo país; pero llevan una corbata en varias combinaciones del arcoiris:
humor, amenidad, fluidez, justicia.”
Transcribimos un ejemplo, página 47, de lo que Huerta compartió con los asistentes al Instituto Cultural Hispano Mexicano:
“En tiempos estos de un ‘vanguardismo’ asesino del arte y
conculcador incoherente de la belleza –literatura de paranoicos y erotómanos–
florecen todavía rosas grávidas de color y de perfume.”
Semejante cosa no la escribió
Francisco Zendejas, ni don Francisco Monterde –tan respetable, este último–; ni
fue escrita ayer u hoy en la mañana. La verdad es que fue escrita por don Pedro
Gringoire hace por lo menos treinta años, cuando llegó a sus manos, desde
España, el libro Horas de Burgos, del
maestro Alfonso Reyes.
Pero si la nota habla de paranoia y
erotomanía, de ‘vanguardismo’, de asesinos del arte y de conculcadores de la
belleza, ¿por qué no pudo haber sido escrita hoy en la mañana, ayer por la
tarde o hace diez minutos? Siempre tendrán los poetas un cíclope enfrente,
dispuesto a chillarles, a acuchillarlos, a pretender someterlos al orden –al
orden establecido, naturalmente, no al orden prodigiosamente desordenado que
busca el poeta.
miércoles, 15 de enero de 2014
PAZ EN ESPAÑA, CON DALÍ
Dos comentarios al artículo de Vicente Verdú en la
sección Corrientes y desahogos, publicados en El País el 10 de enero, con el título “El nacimiento de otra
cultura”.
Ir a
Excelentes palabras, todo sea
dicho. Y al leer lo de Dalí, correctamente caracterizado como el carcamán
cultural que es, pero que impresiona a los recién llegados (hace 15 minutos) a
la cultura, no se puede sino recordar al equivalente mexicano de Dalí: Octavio
Paz. Un auténtico esperpento que la derecha intelectual mexicana insiste en
vender como genio multiusos. Tenemos frente a nosotros, este año, una dosis de
incienso que provocará desmayos también en España. A fines de enero aterriza
allá Juan Villoro en Madrid para ser el primero en cantar las alabanzas al
genio inmortal, hermano espiritual de Dalí... Todavía están a tiempo de
desalojar la ciudad o comprar máscaras antigás.
Si la cultura es ese conjunto de
saberes y prácticas de los grupos humanos entonces no sólo se refiere a lo
heredado. La cultura es dinámica, es la producción humana en la que se vive.
Pretender que ‘cultura’ son únicamente aquellos productos que tuvieron éxito en
un pasado es como estar muertos. Decía Ramón J. Sender que la cursilería era
ponerle intención de espontáneo a lo repetido y gastado. Se dice que el arte no
tiene edad, pero no es cierto. La obra sí tiene edad y se hace mayor. Lo
atemporal es el mensaje que contiene y los mensajes dejan de tener pertinencia
ante realidades nuevas. Así que pretenderle novedad a mensajes que
reivindicaban ruptura con lo establecido el siglo pasado peca de cursi. El arte
es la avanzadilla de conceptos nuevos y Dalí fue un precursor, pero insistir en
reivindicarle es atontar la visión del presente. Habría que preguntarse qué
obras crearían ahora Dalí, Picasso, Duchamp o Pollock para ofrecernos esa
experiencia de apertura a una nueva comprensión de la realidad que nos acecha.
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