Deslumbrado por el dinero del premio literario que el
gobierno federal acaba de lanzar, al final de su periodo, con el nombre de Carlos Fuentes,
descuidé la mención de los cien mil dólares dispuestos para reconocer el
trabajo de los traductores con el nombre de Sergio Pitol, quien se enteró de esta decisión a su
regreso de Europa, donde anduvo promoviendo una colección de libros editados
por la Universidad Veracruzana bajo su dirección.
La labor de los traductores
es mencionada de pasada en las notas periodísticas, sobre todo cuando rebasa la
calidad de notable, pero no disponemos de estudios, de una guía sobre esta
labor. El nuevo premio dará pie para reconocer, además de a los autores, en libros guía, el pasado y presente de los traductores de las obras.
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