Un tema para los entusiastas de la crítica cultural.
Al regresar a ser partido de oposición, como lo ha sido por décadas, el gobierno federal puede dejar de gastar dinero en proyectos autocelebratorios, como lo fue la torre de Chapultepec, una construcción que no será fácil volver útil. Los premios burocráticos suelen ser mecanismos tipo la fiesta del año, pues con o sin ellos las obras se han dado y seguirán dándose. Por tanto, los miles de pesos que anunció hoy la presidenta de Conaculta para trasladar con el nombre de Carlos Fuentes a escritores del mundo son un gasto que pudo evitarse, a unos días de la entrega de sus oficinas, y es un compromiso que deja como herencia. Hubiera estado bien mandar a hacer un estudio para proponer algo que en verdad sirviera a la literatura mundial y de paso a la mexicana. Ojalá ya no gasten lo que les queda del presupuesto, que es dinero de los ciudadanos que agradecerían una ayuda diferente.
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