Mar García, galerista desde hace seis años, instalada en Lamà dela Mar, en el barrio histórico de la capital, lleva seis años esperando que el casco antiguo termine de revitalizarse y convertirse en el foco artístico y comercial deseado. Confiesa que ha acabado desmoralizada y que se va en busca de vientos más propicios, es decir, a un lugar más transitado por potenciales compradores, por lo que estrenará el año en una nueva ubicación, en Príncep Benlloch.
"Es un último intento por sobrevivir o cerrar” –dice la galerista, quien asegura estar cansada de sentirse "como un salmón nadando contra corriente".
García agrega un matiz, dice que, en los tiempos que corren, se puede dar por satisfecha de acabar el año con una facturación similar a la de 2010, es decir, se mantiene sobre el agua. Su decisión responde más bien al hecho de que, a pesar de los esfuerzos continuados, no se haya materializado la idea de hacer del casco histórico un lugar más activo. Y noticias como el anunciado cierre de la galería Ahora Arte oscurecen más un panorama ya grisáceo.
"Es claro que no hace gracia ver cómo van cerrando los compañeros y como cada vez vamos quedando menos."
El goteo de galerías que han bajado la persiana ha sido constante los últimos tiempos: a la Torrallardona siguió Arte Centro de Mercé Juvés –que se desvaneció después de una temporada trasladada al Park Hotel–; tiempo después, Marie-Jo Hortoland lanzó la toalla con Arte Valle, mientras Área desaparecía silenciosamente.
También se lamentan de la mala noticia en las galerías que subsisten. Carmen Tinturé, directora de la Pilar Riberaygua, reconocía que "al final ya nada extraña, porque la situación es muy flojita". Un panorama desolador en un país donde "no es que no haya coleccionistas, es que responden poco" a la oferta andorrana y "buscan fuera lo que podrían encontrar aquí".
Y desde Arte al Set, Laia Maestre insistía que "no es ninguna buena noticia, porque cuanto más oferta haya, más actividad cultural privada se va perdiendo poco a poco".
Con el cierre de Ahora Arte –que hoy inaugura una última exposición, XXVIII-XII Santos Inocentes–-, los creadores del país se vuelven a quedar, en cierto modo, huérfanos. La sala, que abrió puertas hace dos años, había hecho una apuesta por los artistas del país, los mismos que, básicamente, conforman el núcleo duro de esta última propuesta, desde los Francisco Sánchez, Àngel Calvente y Alfons Valdés hasta Arnau Pérez Orobitg o Marta Tarrés en la nómina de los más jóvenes. Faust Campamà, impulsor de la galería –con Calvente en una primera etapa–, ponía en marcha un proyecto que iba de acuerdo con la línea que siempre ha practicado, desde los tiempos de La Rayuela: apoyar a los creadores nacionales, la mayor parte los que no tienen cabida en las otras galerías. En la Riberaygua han mostrado obra Pep Aguareles, en solitario o en colectivo Paradis Consumer y Judith Gaset. Y Arte en Siete, Carme Massana y anteriormente Carme Mas. Poco más de la plástica andorrana ha dado el salto al circuito comercial del país. En ninguna de las dos salas mencionadas tienen, de entrada, la intención de modificar la línea. Lamà dela Mar, en cambio, se extraña de que han sido justamente los artistas los que no han hecho propuestas, más allá de una nómina de creadores con lazos de amistad con la galerista.
SANTOS INOCENTES O INOCENTADA DE LA ÚLTIMA MUESTRA
Fausto Campamà y la galería Ahora Arte inauguraron el 27 la última muestra de la casa. Estará hasta el 14 de enero, cuando el establecimiento iniciará el cierre. La última exposición que presentará la galería tiene un título bastante explícito, XXVIII - XII Santos Inocentes, una especie de metáfora de la inocentada que supone, viene a decir Campamà, ser creador, artista, en el Principado. La muestra acogerá una treintena de obras. Todas de autores del Principado.
Campamà destaca los trabajos de Arnau Pérez y Mónica Armengol. Por un hecho concreto: será la primera vez que expongan en la galería. Desgraciadamente, para ellos, para Campamà y para el arte del Principado también será la última. El resto de piezas llevan la firma de los habituales de la galería. Calvente, Casamajor, Contreras, el mismo Campamà... lo que el director de la galería dice que viene a representar, a los artistas profesionales (o casi) que hay en el Principado. Vaya, los que aún pueden poner el plato en la mesa sólo creando. Quien quiera también podrá ver el fondo que Ahora Arte aún conserva.
Hay arte efímero. Y gastos prescindibles. Como las que se pueden llegar a hacer en materia de arte. Hay proyectos que nacen con ilusión y crisis puñeteras.
Muchos puños. Ahora hay arte. Y, después, puede no haber. Esto es lo que perderán las instalaciones del termolúdico de Caldea. Lo que perderá el país. Otra galería de arte. La que dirigía el escultor Fausto Campamà. Ahora Arte dejará la persiana medio abierta el 14 de enero. Y cerrará, de todo, el día 31.
"Por mucho que me gustara y fuera un sueño, hay cosas que no se pueden aguantar", explica Campamà.
Inició el proyecto de galería hace dos años. Su reto, como siempre lo ha sido, era promover la creación de los creadores, valga la redundancia, del Principado.
Seguramente ha motivado a más de un artista a dar el paso. Más difícil, en los tiempos que corren, era motivar al consumidor.
"Todo lo que se convierte en un santuario de lo superfluo se va cortando." En los gastos domésticos, explica el escultor. Ya sabía hace dos años cuál era el patio. Lo que no imaginaba, es que el patio estaría tan mal. "La galería se cierra porque hace meses que no pasa nada." Vaya, que si no se vende, pocas cosas se pueden hacer. Y Campamà hace obras de arte. Pero de obras de caridad no puede asumir tantas como seguramente, al menos en sueños, quisiera.
Campamà recuerda que son pocos los coleccionistas de arte que hay en el Principado. Y, menos aún, que se interesen, que adquieran, que consuman obras de artistas autóctonos. Los creadores del país no acaban de tirar, para los pocos coleccionistas, que ya que invierten, tratan de hacerlo, o lo hacen, en piezas sobre las que van más sobre seguro y en las que, además, se aseguran, prácticamente desde el mismo momento que las compran, una revalorización con el paso del tiempo.
En el país, en materia de arte, decir que el que no arriesga no gana es más bien mentira, es falso. Se impone el conservadurismo. Por eso las dos galerías que acabarán sobreviviendo, por ahora al menos, son las de más años. Las de-toda-la-vida. Las de dos Pilares: Pilar Riberaygua y Pilar Cortadellas (Arte al Set). Tienen su cartera de obras, su abanico de artistas y, lo que cuenta más, su bolsa de clientes-inversores. Un seguro de vida que Campamà no tenía. Todo lo contrario.
"Las pólizas y el alquiler, todo se lo comen. Y por mucho que me guste y sea un sueño...” Los puntos suspensivos son bastante reveladores. El 14 de enero se cierra la parada, pero todavía se podrá sacar la nariz, no fuera que alguien se deje convencer por algunas de las piezas que aún no hayan regresado a su destino inicial. Mientras en Fausto pliega las velas que tendrá que dejar de todo libres a fin de mes.
"Habrá que esperar tiempos mejores, porque actualmente el consumo se ha parado muchísimo (…) cada mes tienes un agravio que llega un punto que ya no puedes más".
Pero no todo es malo. Las horas que Campamà invertía en la galería ahora las tendrá para crear. "Tendré más tiempo para trabajar", manifiesta, no conformista sino avalando una realidad. De trabajo, no le falta. "Últimamente no me puedo quejar", explica el artista. Bajará la persiana de la galería. Pondrá el cerrojo a la puerta del local. Aparcará el sueño que había soñado pero continuará trabajando. Y tanto, si no, Ahora (ya no habrá) Arte. Pero lo que queda, intacto, es el artista. Fausto Campamà, ex director de galería. Creador sin descanso.
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