Vistas de página en total

viernes, 11 de noviembre de 2011

MÚCAR EN EL WTC

Con Hindra Ceballos López, una de las expositoras, regresé ayer a la exposición "La bruja, mujeres que vuelan", que fue inaugurada el pasado 27 de octubre (ver comentario aquí, incluido el 28 de octubre). La galería es nuestra, sin los entusiastas de la primera noche (abajo, en el estacionamiento, los dueños de coches cambian placas). Mi guía, Hindra, habla de los preparativos, de los resultados, del futuro.
     En la entrada, un anuncio firmado por Karen Cordero Reiman, curadora, trae al presente el trabajo de un año. Con una idea de Belén Valencia, una comisión del colectivo de artistas plásticos Múcar se dio a la tarea de acercarse a  un tema difícil, la bruja. Invitaron a dos antropólogas de Xalapa: Irais Hernández Suárez y Bethi Rodríguez. La primera disertó sobre el fandango de la bruja y la mujer que vuela, parte de la cosmovisión totonaca de la realidad; la segunda completó con el tema "La brujería en la visión totonaca".
     Entró a los preparativos la crítica de arte Graciela Kartofel y presentó su trabajo "Las brujas se atreven"; Mauricio Tello, diseñador de arte, alguno de los días del ahora agónico 2011, habló con los artistas sobre Semiótica y espantos; y el doctor en Letras Daniel Domínguez relacionó códigos y lenguaje cinematógrafico.
    Manuel Velázquez y Roberto Rodríguez dieron vueltas en su calidad de asesores. Así que la canción "La bruja" sigue resonando en la Galería de Arte Veracruzano.
     En la pared del lado derecho la exposición se inicia con Ángel Barragán, "Mujer, efecto transgresor", sigue con Enrique Delon, "Transmutación", y Adriana Navarro Hernández, "Lucero", para el que la artista trabajó con código binario. Hindra se afana en aclarar qué es ese lenguaje cibernético transpuesto a los círculos que veo.
     Esta parte termina con Rocío D'Ledezma, "Hechicera". Recuerdo los sillones que partían el espacio de la galería. Ahora que no están, me pregunto si debieron usarse muros falsos para separar las obras.
     En el siguiente tramo, luego de una puerta, está "Poder blanco", de Valdemar Aguirre. Arena, piedras de diferente tamaño en dos círculos, una rama que me parece una cruz retorcida de la que penden listones, cuerdas. Impresiona.
     Magali Goris podría volverse una triunfante presidenta de una fábrica de artículos de baño. Sus "Jabones brujos" se antojan, pero son de cerámica. Hay jabones para lograr diferentes finalidades. Y, al otro lado del pasillo, están las cajas correspondientes. Me imagino el lugar donde las mujeres retocan su belleza, que se vuelve doblemente irresistible: vista y olfato. La bruja maquillada para seducir.
     Seguimos el recorrido. Huri Barjau sigue la música con "Arpa Colibrí". La escoba de Hindra sigue detrás de la puerta, pero sin apoyarse en el suelo, sino que flota, lista para seguir el viaje.
    Termina Eloísa Castañeda con "Hechizo" y sigue, en el lado izquierdo, Belén Valencia, "La casa de Xochiquetzal" (es una tienda de campaña que tenía una televisión donde se movían voluptuosas actrices). Luz Aldape: lienzos aéreos con una figura totonaca, de seguro una bruja: "Danzante voladora".
     Micaela García Gálvez, "Mi madre tierra", una auténtica transposición de parajes remotos al WTC. Una presencia inquietante de lo indígena que está en nosotros pero que mantenemos alejado por descuido.
     Jimena Grueso Tenorio, "Sin título"; Hilda Verde Arteaga, "Deja salir a tu bruja buena"; Adriana Vera, "Dulce agresión"; Gloria Vargas, "Espejo, espejito"; César Bautista, "Ahora le toca a usted", Víctor H. Álvarez, "Tubo tubo, mujeres que vuelan"; Felisa Aguirre, "Autorretratos"; Lourdes Azpiri, "Aquelarre con Animrac, Etiam, Acim, Ehcin, Oyaha, Alrak", y "Conjuro"; Gaby Souza, "Atreverse..."
     Tengo que regresar, hay mucho que decir y voy sin detenerme.
     Noemí D'Calva, "Sacrificio"; Maite Rodríguez, "El otro palo" y "Canción de cuna para la bella durmiente", es donde uno quisiera haber sido artista: recuerdo de Penélope que sigue esperando a Ulises en los años anteriores a la máquina Singer y un poema visual: una rueda de palabras que dan vueltas sin fin.
     Marta Ovalle, "Ay qué bonito es volar": caras que tratan de decir algo y que rodean un espejo donde uno mismo reconoce que no puede decir algo, ¿destino humano detrás de días y días de aclaraciones de todo tipo? Y la "Bruja 2" y "Bruja 3", de Enrique Sandoval, dibujos que saltaron del papel para mostrar lo complicado que puede ser el universo femenino cuando decide usar sus poderes brujos.
     Volveré a ir antes de que llegue el final de esta exposición. Y rindo homenaje a una nueva artista, la guardia de turno, que tras las vueltas que ha dado por la GAVA, está pensando seriamente aprender arte, por lo cual nos muestra un primer boceto, palabras a lápiz que algo inquietante dicen.

1 comentario:

hindra dijo...

"Tengo que regresar, hay mucho que decir y voy sin detenerme..."
Es cierto, Aun hay autores que mencionar, círculos de sal que buscar... saludos