Ayer a las 20:00 horas el Canal 22 transmitió un discurso del Secretario Lujambio. Dio cifras y reconoció que falta mucho por hacer en cuanto a aumento de número de lectores.
Invitados: Felipe Garrido, Guillermo Sheridad y José F. Hernández.
Crítico, Garrido habló de realidades. En su segunda intervención (ambas, las que duraron más) propuso algunas soluciones.
Sheridan, que confesó que ha pasado su vida dando clases en secundarias y preparatorias, dio muestra de que está peleado con las cámaras de televisión: mal sentado, con pose de bohemio del siglo XIX (la frase que le queda es "pagado de sí") trató de reducir la importancia de lo que hizo Vasconcelos en un tiempo difícil.*
Hernández, vestido como el político Díaz Mirón en un retrato conocido, con chaleco y fijapelo (el invitado dijo que creyó que era lo correcto, presentarse como si hubiera vivido en aquellas épocas). Mesurado, correcto, llevó el tema al asunto del placer de la lectura. Tiene razón, pero Garrido no se la aceptó.
Ninguno de los tres tocó algunos aspectos de este problema. Y de la televisión, se reconoció su importancia pero no se aportó alguna medida para volverla promotora de lectura.
*Hace veinte años que no lo veía: ¡qué mal envejeció! Tiene una mirada dura, de intolerante, como lo ha sido fuera de sus textos. Por cierto, el humor hablado fracasa cuando es oral. Tres ironías que soltó ni a él lo hicieron cambiar lo adusto de su expresión.
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